El actor llega al Radio City con una obra que reflexiona sobre la pareja. Habla de cómo se manifiestan los cambios en el seno de los vínculos amorosos y cuenta cómo nació este espectáculo, que tiene el sello del teatro independiente.
No le importó estar en la cresta de la ola del teatro comercial. Ni liderar la taquilla porteña con “Los vecinos de arriba”. Desde hace unos años, todos los lunes se baja del estrellato y emprende la aventura del teatro colectivo, el teatro independiente, el cooperativo. Diego Peretti habla de hacer “las inferiores” con “Por H o por B”, la pieza que traerá este lunes a Mar del Plata y que repetirá función el 12 de febrero en la misma sala, a las 21.30 en el complejo Radio City Roxy (San Luis 1750). Ahora con producción de Lino Patalano, la obra “juega en primera”, sigue el actor con las metáforas futboleras.
Empezó siendo una idea, unas ganas. Alguna vez habían imaginado embarcarse en un proyecto teatral diferente. Peretti le dijo a la actriz Agustina Cerviño, a quien conoció en la exitosa “El Placard”: “Elegí el elenco y el director y cuando los elijas si anda la cosa seguimos adelante”, repasa sobre el origen de esta historia, que terminó actuando y coescribiendo.
“Y la cosa anduvo”, reflexiona. “Es una obra que venimos haciendo desde hace dos años en Buenos Aires, primero en la sala Timbre 4 y como nos fue bien empezamos a salir de gira y estamos en la tercera temporada en este teatro cooperativa”, sigue, entrevistado por LA CAPITAL.
El dilema que plantea la pieza es sencillo: ¿puede un hombre enamorarse de dos mujeres en simultáneo? Peretti recuerda que el tema apareció a partir de improvisaciones realizadas cuando la obra estaba aún en plena etapa de gestación. Cerviño, Peretti y la actriz Paola Staffolani empezaron a ver qué surgía. “Esta cosa triangular devino en esta clase de obra, el tema de la pareja surgió a partir de dos actrices y un actor que buscaban una obra”, contó. “Es milagroso lo que pasó con este grupo, son personas que muy creativas, muy talentosas”, alabó a sus compañeros.
Y si bien reconoció que los triángulos amorosos fueron materia prima de infinidad de historias, acá el asunto está tratado desde una mirada personal, lejos de los enredos, lejos de la picaresca. Más cerca de un tono existencialista, o de un registro de comedia romántica-dramática.
“La historia nació de improvisaciones y de escrituras y de reescrituras y de reacomodamientos de escenas a lo largo de un año de trabajo”, dijo Peretti, quien se transformó también en coautor de la obra junto a Alejandro Sune. El de dramaturgo fue un rol que llegó de la mano de ese trabajo en equipo, pero “no es algo a lo que yo me quiera dedicar”, aclaró.
– ¿Considerás que como sociedad estamos más flexibles a la hora de pensar en la pareja? Conceptos como poliamor y parejas abiertas circulan, se habla de esto…
– Yo creo que es inevitable eso, creo que hay una naturaleza instintiva humana y otra naturaleza humana cultural. Y hay como una escafandra a través de la cual miramos la verdadera naturaleza humana, la verdadera naturaleza humana creo que demuestra que podés sentir atracción por varias mujeres en mi caso, las mujeres pueden sentir atracción por varios hombres. Se trata de mantener la institución matrimonial está como una manera civilizada de organizar la sociedad. Pero en la medida en que se va perdiendo el miedo y en la medida en que la religión va perdiendo poder es un pensamiento que gana cada vez más terreno, los derechos de las mujeres, la igualdad, todo lo que tenga que ver con el amor, con el vínculo y con las relaciones amorosas no puede haber ningún tipo de trabas en el medio y esas son las vallas que se van venciendo. Creo que eso es así y si no hay ninguna enfermedad como el sida que la interrumpa o estos fenómenos culturales grandes como son las religiones que ponen determinadas trabas. Si la humanidad es un poquito inteligente le va a dar cabida a lo largo del tiempo.
– Y si bien la religión y la sociedad proponen recetas, está claro que en temas de pareja no hay recetas, cada una la va buscando.
– Hay una pérdida de miedo, de los prejuicios, de las inseguridades, yo creo que una de las grandes ventajas que tiene esta gran comunicación a través de las redes sociales es el comunicarse más, si vos te comunicás más con alguien perdés tus miedos, tus padecimientos y enseguida te relajas más y solucionás más el síntoma si querés. Es la confianza en el otro, es desterrar los términos bien o mal en lo que uno siente satisfactorio, o no, todas estas cosas no tienen una profundidad humana grande, y entonces se van a ir reflejando con el tiempo. Esto es lo que yo veo en el poco tiempo que dura una vida, comparado con el tiempo que lleva una actualización cultural. Es lo que aprendí en estos 56 años.
– Vislumbrás una pareja del futuro que sea más libre…
– Sí, ya lo es. Después de los 70 había algo de eso, lo que pasa es que vino una pandemia de HIV, yo estudiaba medicina en esa época y sanitariamente hubo una retracción con respeto a la libertad sexual que había, porque te tenías que poner preservativo, no se sabía cómo se contagiaba, se volvieron a las parejas monogámicas. Pero al salir de los 70 había como un empuje de libertad más grande. Inevitablemente vuelve ahora aggiornado o remasterizado, porque no le hace mal a nadie la libertad de elección.
– Es una tema que vas más allá de fidelidad…
– La fidelidad o infidelidad tiene que ver con la infidelidad o fidelidad hacia uno mismo, ser honesto con lo que uno siente y poder, si la sociedad te lo permite, expresarlo sin ningún problema. Cuando se abre esa puerta y se abren otras puestas sentís que tenés poder de elección y no hay represión. Las elecciones son más libres y la infidelidad o fidelidad va a quedar disuelta en la idea de estoy en el lugar en el que quiero y punto. En ese carril es donde veo la mayor evolución de la gente, no en la parte tecnológica o espiritual, ahí veo que hay reacciones que son buenas en la actualidad.